domingo, 19 de octubre de 2008

La ayuda de unos seres mágicos


Había una vez una dulce y pequeña niña de ojos azules, como el mar, su cabello caía sobre su rostro tan suave como el terciopelo. La pequeña salió a caminar un día de otoño, cuando de repente se encontró con una casa abandonada. Ella decidió entrar a investigar qué había
adentro. La casa era muy oscura, fría y tenebrosa, por ello empezó a tener miedo. Al sentirse asustada la muchacho buscó un lugar para salir y allí fue cuando se encontró con un ogro y éste no le permitió irse. Empezó a gritar y correr por toda la casa porque no sabía qué hacer ni para dónde correr. Para defenderse empezó a pegarle con las sillas al gran ogro, pero nada lo detenía. La niña observó unas gigantes escaleras, subió por ellas y se escondió en una habitación. Al entrar en el cuarto pudo ver a pequeños seres mágicos que dormían. Eran duendes.La pequeña ,muy asustada, salió con mucho cuidado y cerró la puerta muy despacio.Entonces la niña exclamó tan fuerte un grito de “Ayuda”, que los duendes se despertaron ,salieron de la habitación y observaron que la joven estaba en peligro.
Decidieron agruparse para ayudar a la jovencita que se veía en grandes problemas. Ellos
comenzaron a abazarse y subirse uno encima de otro pare empujar al ogro. Hicieron una gigantesca pelota de duendes hasta que definitivamente este malvado personaje murió La niña felizmente, luego de tanto temor les agradeció a sus pequeños nuevos amigos y los recompensó con una gran comida preparada por sus hacendosas manos.
Los duendes quedaron maravillados con ese “dulce” gesto y ella, al no tener adónde ir, decidió quedarse con sus nuevos amigos para iniciar un nuevo destino.

Jesica Farías
4º B

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