sábado, 25 de octubre de 2008

Asesino serial


Una noche en el museo sucedió una tragedia. Habían encontrado al cuerpo del guardia de seguridad, degollado en el segundo piso en la sala de los dinosaurios. La policía no pudo encontrar ninguna evidencia y los vecinos no pudieron aportar ningún dato.El vecindario estaba conmocionado por lo sucedido.El museo se mantuvo cerrado durante unos días mientras duraba la investigación. Cuando éste se abrió mucha gente visitó el lugar.En una de esas visitas un grupo de adolescentes decidió ocultarse hasta que el museo cerrara sus puertas y el nuevo guardia hiciera su vuelta nocturna antes de irse a su lugar.Darío, que era un chistoso incurable, jugaría una broma a sus amigos. De repente desapareció cuando los otros dos se encontraban en la sala de los animales salvajes. Iván y Guillermo, muy preocupados, comenzaron a buscarlo por separados para encontrarlo más rápido.Iván subió al segundo piso y se dirigió a un pasillo poco iluminado. Mientras caminaba sigilosamente escuchó ruidos extraños en la sala de dinosaurios. Decidió entrar a investigar, abrió la puerta y vio a una figura detrás del tiranosauro rex. Él pensó que era Darío, entonces dijo:“¡Te vi ! La figura comenzó a caminar hacia él. Iván se dio cuenta de que estaba en un error, pero fue demasiado tarde. Mientras tanto en otro lugar del museo,Guillermo buscaba en las distintas salas. AI no encontrarlo, dispuso dirigirse al segundo piso, nuevamente se escucharon ruidos en la sala de dinosaurios.

Se dirigió hacia la misma, cuando estaba por entrar bajó la mirada hacia el piso y vio un charco de sangre.Quedó inmovilizado por un instante, luego abrió la puerta, ingresó y comenzó a caminar muy despacio hacia el interior. Encontró el cuerpo descabezado por el pasillo y chocó con una estatua. Cuando despertó, se encontró en un sarcófago.Intentó levantarse pero no pudo porque le dolía la cabeza. Esperó un instante y lo intentó de nuevo pero fue en ese instante cuando alquien se le acercó y en un abrir y cerrar de ojos lo dejó sin cabeza.Las horas transcurrían y y faltaba poco para amanecer, Darío, al ver que sus amigos no lo buscaban, decidió salir de su escondite. La desesperación lo envolvió. Algo estaba mal y empezó a recorrer el museo y llamar a gritos a sus compañeros. En la sala egipcia encontró el cuerpo degollado de Guille.Salió corriendo y entró a la sala siguiente, tropezó con lván, cayó al suelo y fue atacado por el asesino.Abrieron las puertas del museo, ingresó el vigilante y algunos empleados y se hallaron los cuerpos de tres adolescentes mutilados.El guardia, llamó a la policía.Dieron una vuelta por el lugar buscando alguna huelia pero no la encontraron.Justo cuando la ley estaba a punto de retirarse, se oyeron los gritos desesperados de una mujer. Corrieron hasta ella y muy asustada señalaba un baúl que estaba en el sótano. Lo destaparon y en su interior estaban los cuerpos degollados del director del museo y su secretaria que hacía días habían desaparecido misteriosamente.Hasta el día de hoy se siguen encontrando cuerpos degollados en diferentes museos y sin pistas del criminal.Los diarios locales con humor negro aconsejan: "Cuando visites un museo, ten cuidado con tu cuello."

Carla Godoy

4º B

1 comentario:

Alma dijo...

Buenísima la historia. Tiene la intriga necesaria de los cuentos policiales. Te pasaste!!!